La gente puede llegar a cambiar

Todo empezó como un día normal. Venus se levantó para ir a clase un poco aburrida de la rutina. Se preparó, desayunó y se marcho al colegio. Como siempre fue con Elena hasta el colegio y, como siempre en la entrada las esperaba Mónica.

-Que zapatos más feos llevas hoy, ¿les a cagado una paloma encima?-dijo entre carcajadas.

Elena tuvo que sujetar a Venus como cada día para que no se echara encima de Mónica. Como su amiga no la soltaba simplemente le gritó:

-Algún día recibirás de tu propia medicina y entonces me reiré yo porque, quien ríe último ríe mejor.

Desde que le dijo esas palabras Mónica no hizo más que tropezar, caer y quedar en ridículo ante los demás. En clase de manualidades se le cayó encima un bote de pintura, en clase de gimnasia al intentar saltar el potro se quedó a medio camino, a la hora de almorzar la persona que se había sentado tras ella le echó la bebida encima. Mónica le tiró una albóndiga pero ella se apartó y le dio a Kepa. El se enfadó un montón con Mónica.

Al salir del colegio Venus y Elena se lo contaron todo a Usta y Guille. Ellos, que también odiaban a Mónica, idearon un plan para dejarla en más ridículo todavía. Por el camino se encontraron a Asier y Venus le preguntó:

-Asier, ¿nos ayudas a dejar en ridículo a Mónica?

Asier que estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por Venus aceptó.

Fueron a casa de Mónica y allí Asier tocó la puerta. Le abrió su madre.

-Hola, ¿Qué quieres?

-Hola señora, soy un compañero de trabajo de su hija.

-Ella no esta en este momento.

-Solo necesito el material del proyecto, me dijo que lo tenía arriba. ¿Me deja pasar para cogerlo?

-Claro, pasa.

La madre de Mónica no se dio cuenta de que Asier llevaba una caja llena de arañas en la mano. La madre se quedó en la cocina preparando la cena. Asier cogió la caja con las arañas la abrió y metió todas las arañas, lo menos diez, bajo las sabanas de la cama de Mónica. Después salió pitando.

-Adiós señora.

-Adiós.

Todos esperaban impacientes que les dijera si lo había conseguido o no.

-¿Le has puesto las arañas en la cama?-le preguntó Venus.

-Si, solo falta esperar a que se acueste para que se de un buen susto.-le respondió Asier.

A la mañana siguiente todos esperaban impacientes la llegada de Mónica para ver su cara. Cuando llegó parecía otra.

-Hola Venus, esos zapatos son muy bonitos.

-Mónica, ¿estas bien?

-Si.

-Te veo muy cambiada.

-Lo se, he decidido que de ahora en adelante voy a ser buena persona y no me voy a meter con nadie porque ami tampoco me gustaría que me pasara de nuevo lo de ayer.

-¿Y que te pasó ayer?-le pregunto Venus haciéndose la tonta.

-Pues lo mismo que te hago a ti. Y estar en esa situación me ha hecho cambiar.

-Pues me parece muy bien.

-¿Amigas?-le dijo extendiéndole la mano.

Venus dudo un poco pero enseguida cedió.

-Amigas.